La
Real
Parroquia
de
San
Lorenzo
Mártir
de
Córdoba
destaca
por
su
especial
devoción
a
San
Judas
Tadeo
cuya
fiesta
se
celebra
el
28
de
octubre;
uno
de
los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe.
El
desfile
de
devotos
diario
es
constante
¿Cuál
es
la
causa
de
esta
gran
devoción?
San
Judas
Tadeo
es
el
patrón
de
las
causas
difíciles
y
desesperadas,
y
esta
imagen
tiene
reputación
de
ser
especialmente
eficaz
en
tan
comprometido
cometido.
Responde
a
las
invocaciones
de
socorro
del
género
humano,
y
otorga al mundo las gracias y favores que la misericordia del Señor concede a sus potentísimas súplicas.
San
Judas
Tadeo,
apóstol
de
Jesucristo,
descendía
de
la
estirpe
real
de
David
y,
por
tanto,
era
consanguíneo
de
Jesucristo.
En
efecto,
el
padre
de
San
Judas,
llamado
Cleofás,
era
hermano
de
San
José,
Esposo
de
la
Santísima
Virgen;
la
madre,
llamada
María
de
Cleofás,
era
prima
de
la
Santísima
Virgen:
por tanto, San Judas Tadeo, que fue uno de los doce apóstoles, era primo carnal de Jesús.
"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"
Después
de
la
Última
Cena,
cuando
Cristo
prometió
que
se
manifestaría
a
quienes
le
escuchasen,
Judas
Tadeo
le
preguntó
por
qué
no
se
manifestaba
a
todos.
(Gran
sensibilidad
la
de
este
Santo).
Cristo
le
contestó
que
Él
y
su
Padre
visitarían
a
todos
los
que
le
amasen:
"Vendremos
a
él
y
haremos
en
él
nuestra morada" (Juan, 14, 22-23).
Se
atribuye
a
San
Judas
una
de
las
epístolas
canónicas,
que
tiene
muchos
rasgos
comunes
con
la
segunda
epístola
de
San
Pedro.
No
está
dirigida
a
ninguna
persona
ni
iglesia
particular
y
exhorta
a
los
cristianos
a
"luchar
valientemente
por
la
fe
que
ha
sido
dada
a
los
santos.
Porque
algunos
en
el
secreto
de
su
corazón
son
(...)
hombres
impíos,
que
convierten
la
gracia
de
nuestro
Señor
Dios
en
ocasión
de
riña
y
niegan
al
único
soberano
regulador,
nuestro
Señor
Jesucristo".
Es
una
severa
amonestación
contra
los
falsos
maestros
y
una
invitación
a
conservar
la
pureza
de
la
fe.
Termina
su
carta
con
esta
bella
oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".
El
campo
de
acción
apostólica
de
San
Judas
fue
amplísimo;
evangelizó
primero
la
Judea,
después
Mesopotamia
y,
finalmente,
Persia,
llevando
por
todas
partes
la
luz
de
la
verdad,
transmitiendo
La
Palabra
del
Señor
y
obrando,
en
su
nombre,
los
más
preclaros
milagros:
el
número
de
los
discípulos
aumentaba
de
día
en
día,
atraía
a
sí
muchísimos
cristianos,
nombraba
Diáconos,
Sacerdotes
y
Obispos,
fundando
Iglesias
Cristianas
en
todas
las
regiones
que
atravesaba.
Regresando
a
Persia,
se
reunió
con
el
Apóstol
San
Simón
y
ambos
combatieron
fuertemente
las
herejías
de
Zaroes
y
Arfexat,
sacerdotes
idólatras
que
habían confundido la conciencia de aquel pueblo, llevándolo a revolverse en contra de la palabra y las obras de los dos Santos Apóstoles.
San Judas sabía que su misión terrena llegaba a su fin y el martirio, para gloria de Dios, estaba cerca.
Llegaron
a
Suamyr,
gran
ciudad
de
Persia.
Los
dos
Apóstoles
se
alojaron
en
casa
de
un
discípulo
llamado
Semme.
A
la
mañana
siguiente
a
su
llegada,
los
sacerdotes
idólatras
de
aquella
ciudad,
seguidos
por
una
gran
multitud
del
pueblo
azuzados
por
las
venenosas
presiones
de
Zaroes
y
de
Artexat,
rodearon
la
casa de Semme pidiendo a gritos la entrega de los dos Apóstoles.
"Entréganos, oh Semme, inmediatamente a los enemigos de nuestros dioses, o si no te quemaremos la casa".
Ante
estas
amenazas
que
no
admitían
réplica,
San
Judas
y
San
Simón
se
pusieron
en
manos
de
aquellos
malvados
que
los
obligaron
inútilmente
a
adorar
a
sus
falsos
dioses;
golpeados
hasta
la
sangre,
encontraron
aún
fuerzas
para
mirarse
a
los
ojos
y
San
Judas,
dirigiéndose
a
su
compañero
de
martirio
le
dijo:
"Hermano, veo a Ntro. Señor Jesucristo que nos llama".
La
turba
de
los
idólatras,
ignorando
estos
coloquios
celestiales,
movida
por
un
insano
furor,
se
arrojó
con
mayor
encarnizamiento
sobre
los
cuerpos
ya
sangrantes
de
los
dos
Santos
Apóstoles
hasta
destrozarlos:
¡la
corona
del
martirio
brillaba
sobre
sus
cabezas
gloriosas!
A
San
Simón
lo
mataron
aserrándolo
por
el
medio,
y
a
San
Judas
Tadeo
le
cortaron
la
cabeza
con
una
hacha
y
por
eso
lo
representan
con
una
hacha
en
la
mano.
Se
cree
que
el
martirio
ocurrió
en
el
año
70
de
la
era
cristiana,
es
decir,
36
años
después
de
la
Ascensión
de
Jesucristo
al
Cielo.
Como
fueron
martirizados
juntos,
la
Iglesia
celebra
la
festividad el mismo día de su martirio para ambos: 28 de octubre.
Mientras
sus
santas
almas
eran
acogidas
en
la
Patria
celestial
y
colocadas
a
la
derecha
del
Padre,
por
el
que
habían
ofrecido
su
vida
en
holocausto,
el
cielo
de
Suamyr,
escenario
de
aquel
bárbaro
martirio,
se
quebraba
con
terribles
fulgores,
el
templo
idólatra
se
derrumbó
y
los
dos
sacerdotes,
Zaroes
y
Arfexat,
autores del hecho, fueron fulminados por la justicia divina.
Los
cuerpos
de
los
dos
Santos
Apóstoles
se
veneraron
en
Babilonia
en
un
templo
cristiano
que
se
construyó
por
orden
de
algún
rey
cristiano,
después
de
años de trabajo; el sepulcro se convierte inmediatamente en glorioso por la frecuencia de los milagros obrados por el Santo.
Las reliquias se trasladaron de Babilonia a Roma, siendo colocadas en la Basílica Vaticana, a los pies de un altar dedicado a los dos Santos Mártires.
Oración a San Judas Tadeo para obtener una gracia
Oh
Glorioso
Apóstol
san
Judas
Tadeo,
siervo
fiel
y
amigo
de
Jesús,
el
nombre
del
traidor
ha
sido
la
causa
de
que
fueses
olvidado
de
muchos;
pero
la
Iglesia
te
honra
y
te
invoca
como
Patrón
especial
de
las
COSAS
DIFÍCILES
y
DESESPERADAS,
ruega
por
mí
para
que
reciba
yo
los
consuelos
y
el
socorro
del
cielo
en
todas
mis
necesidades
y
sufrimientos
particularmente
(
Aquí
se
pide
lo
que
se
desea
)
y
para
que
pueda
gozar
yo
en
el
cielo
en
tu
compañía
y
con
los demás elegidos en la eternidad.
Yo prometo Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este favor, jamás dejaré de honrarte y he de hacer todo lo posible por propagar tu devoción.
San Judas Tadeo Apóstol Glorioso, Haz que mis penas se vuelvan en gozo.
San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.
(Padrenuestro, Ave María y Gloria)
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Teléfono: (957) 47 62 49| Email:
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